miércoles, 9 de julio de 2008

Y... algún día tenía que ser...


Esa noche estaba inquieta. Daba vueltas y vueltas en la cama, no podía dormir. Repasaba una y otra vez lo que tenía que hacer al día siguiente.
A la mañana siguiente me desperté tarde, un día nuevo había llegado y pensé "Hoy es el día".
Por la tarde fui caminando (de alguna forma tenía que descargar tantos nervios y qué mejor forma que ir paseando por las calles de la ciudad)

Llegué, saludé a unos compañeros que andaban dando vueltas por ahí, quería ir despacio pero no podía contener a este corazón que estaba saltando en mi interior.

"Vengo a decirle que estoy interesada", fue lo primero que pude decir... Ella me miraba con ojos de no estar muy segura y yo la miraba con ojos llenos de pánico.

"Bueno, yo lo primero que te quiero decir es que te plantees bien la situación, quiero que me digas qué días podes y qué horarios, porque no quiero interferir en tus estudios"... hizo un pausa, mirándome fijamente y agregó "¿entendés?"

Debo aclarar, que no sé si por los nervios o qué, pero no entendí una palabra de lo que me estaba diciendo... claro, ella se dio cuenta...

"Acompañame", dijo y me hizo señas de que entre al gabinete. Agarró un papel, y escribió mi nombre en él, y luego prosiguió...
"Quiero que estudies bien tu situación, que veas bien si vas a poder, y me digas si realmente querés hacerlo, porque no quiero perjudicar tu estudio, ¿entendés?"

Por fin respondí "sí", pero no podía sacarme la mirada de pánico, ni calmar al corazón alocado que estaba saltando dentro mío que todavía no entendía lo que estaba sucediendo en ese momento...

"Lo que yo te propongo es una pasantía para que le pierdas el miedo ¿entendés?"

(¿Acaso mi mirada me delataba tanto?) "Sí, porque la verdad es que estoy aterrada", confesé.

"Si estás dispuesta, y realmente querés hacerlo, estarías en el laboratorio (prefiero a la tarde porque es más tranquilo), empezando primero con extracciones y luego podrías ir a las distintas áreas ganando un poco de experiencia. Llámame mañana, y te confirmo".

Nos despedimos.

Salí casi corriendo, no podía entender mis pensamientos y mucho menos mis sentimientos. Mi corazón no se calmaba, peor aún, estaba cada vez más acelerado...

Luego de unas cuadras, me detuve, respiré profundamente... "¡No puedo creer lo que hice!", exclamé (no sé si habían personas alrededor, pero si las había, habrán pensado que yo era una loca, hablando sola en medio de la calle)

Al día siguiente la llamé una vez... no me contestó, "estará ocupada" pensé y le envié un mensaje de texto... no hubo respuesta....

Pasó un par de horas, y volví a llamarla....no contestó. Mi corazón (miedoso como siempre) empezó a preocuparme con sus saltos y ritmo acelerado, "se habrá arrepentido" pensé, y la desilusión empezó a envolverme...
Pasaron las horas y nada.... "Y bueno, al menos lo intenté" pensé resignadamente...

Cuando mis esperanzas, ilusiones, alegrías y corazón ya estaban por el piso, sonó el teléfono, atendí y escuché una voz femenina del otro lado... "Empezás el jueves a las 8 de la mañana"

No puedo describir los nervios que me rodean en este momento...
Lo único que puedo pensar es... "Espero no dormirme"

(Es una exageración, lo sé... es sólo una pasantía, nada más, lo sé... pero ¡es mi primera pasantía!)

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